jueves, 26 de mayo de 2016

El Aprendizaje Colaborativo II


Como dije la semana pasada, seguiré con algunos puntos que faltaron por ver de El Aprendizaje Colaborativo.

Es habitual que se le asigne un papel determinado a cada miembro del grupo con el fin de que la participación sea activa y se trabajen todos los aspectos de la tarea. Por ello, muchas veces, es de gran utilidad la asignación de roles dentro del grupo.

Asignación de roles dentro del grupo

Cuando cada miembro del grupo cumple una función determinada se estimula la interdependencia entre los miembros del grupo y se evita que haya alumnos o alumnas que no aportan nada pero se benefician del trabajo de los demás.

Normalmente, la actividad a realizar en grupo se subdivide en tareas más pequeñas. Y estas tareas más pequeñas deben completarse para que la actividad propuesta finalice. Es en esas tareas más pequeñas donde nos fijaremos para la asignación de roles.

Así Johnson, Johnson y Holubec (1999) y Muijs y Reynolds (2005) sugieren diferentes roles que pueden asignarse a las alumnas y alumnos del grupo de trabajo:
  • El/la que hace el resumen
  • El/la investigador/a
  • El/la verificador/a
  • El/la buscador/a de recursos
  • El/la redactor/a del proceso
  • El/la sintetizador/a
También se pueden dar estos roles:
  • El/la que facilita el ambiente de trabajo y modera la discusión
  • El/la que recoge la información
  • El/la que elabora la información sobre la marcha
  • El/la que controla el tiempo
Como hemos visto antes, dar un papel a cada miembro del grupo contribuye a que todos trabajen logrando las metas del grupo. Pero, además de las tareas individuales, hay que dar tareas colectivas para que el grupo actúe como un todo. Un ejemplo de tareas individuales más tareas colectivas es la técnica de Jigsaw (rompecabezas) desarrollada por Aronson y sus colaboradores en los ´70.

Jigsaw trabaja dividiendo la clase en grupos de 5 o 6 componentes, estos grupos han de realizar un proyecto de trabajo similar. A cada alumna y alumno se le asigna una tarea específica para completar el proyecto. Cuando las alumnas y alumnos de los distintos grupos se encuentran realizando sus tareas asignadas (iguales para todos los grupos) intercambian opiniones y pareceres asegurando la calidad de la información recogida. Los alumnos y alumnas vuelven a sus respectivos grupos y comparten sus descubrimientos. Todas las "piezas" deben ser completadas para alcanzar el objetivo final; por tanto, cada miembro del grupo tiene que estar atento a los otros y, a la vez, depender de los otros para la finalización de la tarea asignada.

Una vez finalizadas las actividades en grupo los profesores tenemos que ser capaces de evaluar los resultados. Necesitamos conocer cómo ha funcionado el grupo y cuáles han sido las contribuciones individuales.

Evaluación del trabajo en grupo

Para evitar que miembros del grupo que no hayan realizado ninguna aportación se beneficien del trabajo de sus compañeros y compañeras utilizaremos una combinación entre la observación del grupo y la realización de pruebas individuales sobre lo conseguido.

Respecto a cómo evaluar el trabajo realizado Cho (2007) recomienda seguir los siguientes pasos:
  1. Evaluar el conocimiento de lo básico y necesario para la resolución de la tarea asignada al grupo.
  2. Evaluar la aplicación de este conocimiento.
  3. Evaluar la habilidad para extender el razonamiento de las alumnas y alumnos a nuevos problemas o situaciones.
  4. Evaluar la habilidad para que los alumnos y alumnas creen sus propias cuestiones o declaraciones de problemas apoyándose en los conceptos que han estudiado.
  5. Evaluar la habilidad de las alumnas y alumnos para explicar los razonamientos a sus compañeros y la ayuda que les han proporcionado.
Para Barkley, Cross y Major (2005), existen dos aspectos esenciales a evaluar en el aprendizaje mediante trabajo en grupo:
  • El logro de los estudiantes en el contenido del curso.
  • La participación de los estudiantes en los procesos del grupo.
Es decir, que además de conocer lo que las alumnas y alumnos han aprendido en relación a los contenidos es importante evaluar los procesos del grupo, las competencias y habilidades sociales desarrolladas.

Según Barkley, Cross y Major (2005), la evaluación del grupo debe tener un propósito formativo y sumativo:
  1. La evaluación formativa proporciona tanto a docente como a discente información sobre cómo van aprendiendo los miembros del grupo para ayudarles a mejorar. El propósito de esta evaluación no es dar una calificación, sino mejorar la ejecución de los y las estudiantes.
  2. La evaluación sumativa está dirigida a documentar el logro. Normalmente es trabajo del profesor/a, pero ya que los alumnos y alumnas han trabajado codo con codo son quienes mejor conocen su trabajo y no sería mala idea que ellos/as mismos se evalúen. Para su autoevaluación y evaluación de sus compañeros tenemos que dar unas pautas, podemos incluso crear una rúbrica para orientarles.
En el post anterior (El Aprendizaje Colaborativo) vimos algunas ventajas del trabajo en grupo, pero como todo en este mundo también existen desventajas. Veamos en la siguiente tabla las ventajas y desventajas del aprendizaje en grupo.


Aunque existan inconvenientes, el trabajo en grupo es un poderoso método para tareas que requieran un pensamiento de alto orden y un nivel cognitivo elevado.

Y como siempre, si te ha gustado y crees que puede serle de utilidad a alguien que conozcas comparte. Si quieres puedes dejar un comentario con alguna duda o contando alguna experiencia u opinión. ¡Hasta la semana que viene!

jueves, 19 de mayo de 2016

El Aprendizaje Colaborativo




El trabajo en pareja y pequeños grupos en clase es una práctica muy utilizada en todos los niveles de la educación (educación infantil, primaria, secundaria y universitaria). Este tipo de trabajo/aprendizaje en grupo adopta características cooperativas y colaborativas.

En el ámbito educativo hay un debate sobre si cooperación y colaboración significan lo mismo o no. Pero hoy no vengo a aburriros con detalles epistemológicos, hoy os hablo del Aprendizaje Colaborativo.

Psicólogos como Vigotsky y Luria apoyan la premisa de que las personas aprendemos a través de la interacción con los otros.

Además de la imagen de pequeños grupos trabajando para conseguir objetivos compartidos asociada al aprendizaje colaborativo, éste lleva asociada la imagen de responsabilidad. Ya que es la alumna/o quien toma la responsabilidad de su propio aprendizaje y el de sus compañeros de grupo. El docente tiene un papel de facilitador, prestando apoyo. Mientras que los alumnos y alumnas toman un papel protagonista.

Por tanto, la finalidad del aprendizaje colaborativo es que las niñas y niños no dependan del docente como fuente de autoridad y conocimiento. Se trata de que el conocimiento sea construido y transformado por las alumnas y alumnos, y no sea simplemente transmitido del docente a los discentes.

La enseñanza basada en el modelo colaborativo tiene una serie de ventajas con respecto al modelo de enseñanza individual:

  1. Fomenta la colaboración.
  2. Contribuye al desarrollo de habilidades sociales (fomenta la empatía, consideración por las ideas de los demás, aprender a aprovechar las fortalezas de cada miembro del grupo y ayudar en las debilidades, etc.)
  3. Refuerza sus relaciones interpersonales.
  4. Los estudiantes son protagonistas de su aprendizaje.
  5. Adquieren un aprendizaje significativo.

Como es lógico, el conocimiento que pueda tener el grupo en conjunto será superior al conocimiento individual de cada integrante, con lo cual pueden elaborar procesos más capaces para resolver un problema que si lo hacen de manera individual. Esto lleva a poder aumentar la complejidad de los problemas/actividades que el docente propone.

ASPECTOS RELACIONADOS A LA ESTRUCTURA DE LA TAREA DEL TRABAJO EN GRUPO

  • Construcción de los grupos de trabajo.
  • Explicación y exposición general de la actividad a realizar.
  • Realización de la actividad mediante el trabajo en grupo.
  • Exposición final de todos los trabajos.

ALGUNAS CONDICIONES PARA QUE EL TRABAJO EN GRUPO SEA EFECTIVO

  • Antes de comenzar la actividad, el objetivo de la misma tiene que ser claro y detenidamente explicado.
  • Dejar claro que la colaboración entre los miembros del grupo ha de ser estrecha.
  • Introducir alguna forma de competición entre los grupos suele ayudar para que el trabajo entre los componentes de cada grupo sea más estrecho. Aunque hay que controlar el grado en el que se hace, ya que en los ambientes competitivos los alumnos y alumnas se centran en sus propios logros y en evitar que los demás consigan “ganarles”.
  • Por parte del docente, éste debe crear y desarrollar las actividades de aprendizaje con minuciosidad. Estructurar la tarea de tal manera que los alumnos y alumnas sean los propios protagonistas en la resolución de la tarea.
  • Hay que adecuar la tarea al nivel de competencias de nuestras alumnas y alumnos, y la manera de evaluar el trabajo realizado en grupo y de forma individual.

TIPOS DE AGRUPACIONES


Según Johnson y Holubec (1999), los grupos pueden ser formales, informales o de base, en función del objetivo, la actividad y el tiempo de trabajo en grupo:

Grupos Formales: Están destinados para períodos de trabajo en grupo de varias semanas y con el propósito de alcanzar objetivos concretos. En estos grupos se juega con las diferentes capacidades y conocimientos de los estudiantes. Así, las alumnas o alumnos con mayores capacidades ayudan a los compañeros y compañeras con menores capacidades para alcanzar un objetivo complejo.
Grupos Informales: Se forman grupos al azar para trabajar actividades concretas que surgen durante una sesión de clase, por lo que son grupos temporales. Son muy buenos para asegurar la participación y el aprendizaje de todos.
Grupos de Base: La duración de estos grupos es mayor que los grupos formales, normalmente suelen formarse para todo el curso, o hasta que se cumpla el objetivo para el que se crearon. Su principal propósito es proporcionar apoyo como, por ejemplo, los grupos de estudio.

Atendiendo al tamaño de los grupos Slavin (1995) sugiere que no sean muy numerosos para que los integrantes puedan participar y construir un ambiente de confianza, pero que sean lo suficientemente amplios para que haya diversidad en su composición. Así, propone dos opciones:

De 3 a 6 integrantes: se dice que el número mágico es 5, ya que los grupos de 4 tienden a dividirse en dos parejas.
De 2 a 3 integrantes: permite facilidad en el espacio físico para actividades rápidas.

Si nos centramos en la composición de los grupos, pueden atender al azar, intereses, afinidades, habilidades, actitudes, etc. Se puede buscar que los miembros del grupo tengan un perfil similar o por el contrario que tengas ideas, intereses y experiencias diferenciadas. Estamos hablando por tanto de grupos homogéneos o grupos heterogéneos (Mujis y Reynolds, 2005).

A pesar de que el valor educativo del trabajo en grupo es mayor en grupos heterogéneos hay que tener en cuenta diversas cuestiones:
  • Con la diversidad de opiniones pueden surgir tensiones.
  • En los grupos heterogéneos donde haya estudiantes con diferente nivel de competencia puede darse la situación de que los “aventajados” dejen de lado a los otros miembros del grupo.

También hay que saber que los grupos homogéneos ofrecen ventajas para algunas actividades:
  • Para trabajar temas sensibles o personales conviene formar grupos donde se compartan características comunes.
  • Facilitan la comunicación al presentar afinidades entre sí.
  • Las alumnas y alumnos prefieren trabajar con compañeros con los que comparten características comunes.

La mayor desventaja de este tipo de agrupación es que sus integrantes no experimentan interacciones ricas en opiniones diversas, pues todos presentan conocimientos similares.

Por último, me gustaría comentaros que la semana pasada me fue imposible escribir. Ya que estoy realizando cursos y trabajando, y me está costando organizarme la agenda. Estoy intentando sacar más tiempo para poder seguir con el blog.

En lo relativo al trabajo colaborativo deciros que el próximo post también versará sobre este tema, debido a que quedan algunas cosillas por tratar como los roles dentro del grupo, la evaluación del trabajo en grupo y …, para saberlo tendrás que esperar una semanita.

Como siempre, si te ha gustado y sido de utilidad comparte y suscríbete. Puedes contactar conmigo a través de mis redes sociales.

jueves, 5 de mayo de 2016

Construyendo un Aula Inclusiva

Si queremos mejorar la educación el espacio educativo es algo que hay que tener en cuenta, ya que es donde realizamos “la magia” de enseñar. Cuando hablo de espacio educativo me refiero al aula, esas cuatro paredes donde se viven tantísimas cosas, donde las niñas y niños pasan la mayor parte del tiempo cuando están en el cole y donde realizamos la mayor parte de nuestra labor profesional.

Aunque pueda parecer algo sin transcendencia, el aula cumple una función muy importante en el proceso de enseñanza-aprendizaje. El tipo de luz (natural/artificial), la decoración, la organización de los pupitres y demás elementos ayudan o entorpecen la creación de un ambiente propicio para el aprendizaje.

Si bien es cierto que, como casi siempre en educación, no existe un modelo único a seguir que funcione siempre con todos los grupos de estudiantes y en todos los momentos. Esta semana os propongo algunas claves que pueden ayudarnos a construir un espacio que propicie el mejor ambiente para desarrollar nuestro trabajo como docentes y del que todos nuestros alumnos y alumnas se beneficien.

Por naturaleza humana todos no somos iguales, por lo que en nuestras aulas nos encontraremos con una gran diversidad entre el alumnado. Cada alumno y alumna tendrá sus particularidades: sus propios ritmos de aprendizaje, sus propios intereses, sus propias dificultades. Por ello, es necesario construir un entorno que se adecue a esta situación, un entorno lleno de posibilidades y alternativas donde el alumnado pueda elegir entre diferentes niveles, tareas, lugares y estrategias de aprendizaje. Un espacio donde exista diversidad de contenidos, diversidad de formas de trabajo, diversidad de niveles de dificultad, diversidad en formas de expresión, diversidad en la naturaleza y elección de actividades. Suena como algo utópico, pero es posible con un poquito de trabajo y voluntad.

Un aula de este tipo, multinivel o inclusiva, debe de ir acompañada de un currículo acorde. Ya que la planificación se realizaría desde la diferenciación y no desde la estandarización.

La primera clave sería valorar la diversidad como fuente de riqueza y de aprendizaje. Si no aceptamos esto difícilmente podamos dar una educación de calidad a todas y todos.

La segunda clave es la creación de situaciones de aula diversificadas de forma simultánea. Por ejemplo, la utilización de rincones. Según el área que se esté trabajando, según niveles de dificultad, según el material que queramos utilizar (TICs), podemos crear varios rincones en el aula. Es una buena forma de atender a la diversidad, de motivar al alumnado y de prestar una atención más personalizada ya que la clase está dividida en grupos y trabajando diferentes contenidos, lo que nos permite “reducir” la ratio. En lugar de enfrentarnos a un grupo de 25-30 estudiantes de golpe podemos dedicar un tiempo a cada rincón. Esto no quiere decir que no haya situaciones en las que esté todo el grupo.


La tercera clave reside en la utilización de recursos con otros docentes, estudiantes y familias para fomentar experiencias más ricas de aprendizaje.

AULA TRADICIONAL vs. AULA INCLUSIVA


De lo que se trata es de establecer un entorno eficaz de enseñanza-aprendizaje. Esto requiere un análisis de los aspectos socio-emocionales, actitudinales y físicos del aula. La disposición del aula varía en función de las formas de agrupar a los alumnos que ayudan a las y los maestros a individualizar en situaciones generales de todo el grupo. La agrupación puede hacerse según los intereses del alumnado, según las actividades y su dificultad o diferentes niveles de complejidad. Por tanto, la organización requiere flexibilidad en los espacios, los recursos, los materiales, las actividades, etc.

A continuación, puedes ver dos vídeos donde te resultará sencillo contrastar las diferencias entre colegios más tradicionales (el primer vídeo) y varias aulas del colegio Montserrat de Barcelona (segundo vídeo).




TU AULA IDEAL

Para terminar te invito a reflexionar sobre cómo sería tu aula ideal. Descríbela o dibújala, propón diferentes espacios con finalidades educativas y/o lúdicas, cómo la decorarías y qué recursos utilizarías. Quizás estas preguntas te ayuden:
  • ¿En qué aulas te sentirías mejor como estudiante?
  • ¿Y como docente?

Esto es todo por hoy, si te ha gustado no dudes en compartirlo con tus amigos y amigas, suscríbete para que no te pierdas nada y si te animas comenta tu reflexión y/o cualquier opinión.