Si queremos mejorar la educación
el espacio educativo es algo que hay que tener en cuenta, ya que es donde
realizamos “la magia” de enseñar. Cuando hablo de espacio educativo me refiero al
aula, esas cuatro paredes donde se viven tantísimas cosas, donde las niñas y
niños pasan la mayor parte del tiempo cuando están en el cole y donde
realizamos la mayor parte de nuestra labor profesional.
Aunque pueda parecer algo sin
transcendencia, el aula cumple una función muy importante en el proceso de
enseñanza-aprendizaje. El tipo de luz (natural/artificial), la decoración, la
organización de los pupitres y demás elementos ayudan o entorpecen la creación
de un ambiente propicio para el aprendizaje.
Si bien es cierto que, como casi
siempre en educación, no existe un modelo único a seguir que funcione siempre
con todos los grupos de estudiantes y en todos los momentos. Esta semana os propongo
algunas claves que pueden ayudarnos a construir un espacio que propicie el
mejor ambiente para desarrollar nuestro trabajo como docentes y del que todos
nuestros alumnos y alumnas se beneficien.
Por naturaleza humana todos no
somos iguales, por lo que en nuestras aulas nos encontraremos con una gran
diversidad entre el alumnado. Cada alumno y alumna tendrá sus particularidades:
sus propios ritmos de aprendizaje, sus propios intereses, sus propias
dificultades. Por ello, es necesario construir un entorno que se adecue a esta
situación, un entorno lleno de posibilidades y alternativas donde el alumnado
pueda elegir entre diferentes niveles, tareas, lugares y estrategias de aprendizaje.
Un espacio donde exista diversidad de contenidos, diversidad de formas de
trabajo, diversidad de niveles de dificultad, diversidad en formas de expresión,
diversidad en la naturaleza y elección de actividades. Suena como algo utópico,
pero es posible con un poquito de trabajo y voluntad.
Un aula de este tipo, multinivel o inclusiva, debe de ir
acompañada de un currículo acorde. Ya que la planificación se realizaría desde
la diferenciación y no desde la estandarización.
La primera clave sería valorar la diversidad como fuente de riqueza
y de aprendizaje. Si no aceptamos esto difícilmente podamos dar una educación
de calidad a todas y todos.
La segunda clave es la creación de
situaciones de aula diversificadas de forma simultánea. Por ejemplo, la
utilización de rincones. Según el área que se esté trabajando, según niveles de
dificultad, según el material que queramos utilizar (TICs), podemos crear
varios rincones en el aula. Es una buena forma de atender a la diversidad, de
motivar al alumnado y de prestar una atención más personalizada ya que la clase
está dividida en grupos y trabajando diferentes contenidos, lo que nos permite “reducir”
la ratio. En lugar de enfrentarnos a un grupo de 25-30 estudiantes de golpe
podemos dedicar un tiempo a cada rincón. Esto no quiere decir que no haya
situaciones en las que esté todo el grupo.
La tercera clave reside en la utilización de recursos con otros docentes,
estudiantes y familias para fomentar experiencias más ricas de aprendizaje.
De lo que se trata es de establecer
un entorno eficaz de enseñanza-aprendizaje. Esto requiere un análisis de los
aspectos socio-emocionales, actitudinales y físicos del aula. La disposición del
aula varía en función de las formas de agrupar a los alumnos que ayudan a las y
los maestros a individualizar en situaciones generales de todo el grupo. La
agrupación puede hacerse según los intereses del alumnado, según las
actividades y su dificultad o diferentes niveles de complejidad. Por tanto, la
organización requiere flexibilidad en los espacios, los recursos, los
materiales, las actividades, etc.
A continuación, puedes ver dos vídeos donde te resultará
sencillo contrastar las diferencias entre colegios más tradicionales (el primer
vídeo) y varias aulas del colegio Montserrat de Barcelona (segundo vídeo).
TU AULA IDEAL
Para terminar te invito a
reflexionar sobre cómo sería tu aula ideal. Descríbela o dibújala, propón
diferentes espacios con finalidades educativas y/o lúdicas, cómo la decorarías
y qué recursos utilizarías. Quizás estas preguntas te ayuden:
- ¿En qué aulas te sentirías mejor como estudiante?
- ¿Y como docente?
Esto es todo por hoy, si te ha gustado no dudes en compartirlo con tus amigos y amigas, suscríbete para que no te pierdas nada y si te animas comenta tu reflexión y/o cualquier opinión.
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